Desde que el mes pasado, después de que Estados Unidos retirara el derecho constitucional a la interrupción del embarazo el cual, estaba considerado desde 1973, han comenzado los trabajos para encarcelar mujeres por interrumpir sus embarazos.
En este sentido, la policía de Estados Unidos y Facebook en estado trabajando juntos, pues la red social le ha dado la posibilidad al gobierno de que acceda a las búsquedas y a las conversaciones que sus usuarios mantienen con otros, esto para ser usados como pruebas incriminatorias, específicamente en este caso, en contra de mujeres que abortan.
El primer caso ha sucedido en Nebraska, en donde Facebook entregó las conversaciones a la policía entre una madre y su hija en Messenger, después de haber recibido una orden judicial.
Las dos acusadas son Jessica Burgess, de 41 años, y su hija Celeste, que en el momento de abortar tenía 17, en la conversación se supo que la madre le proporcionó a su hija las pastillas abortivas y, en el mismo chat se revela que Jessica le ayudó a deshacerse de los restos.
Al momento, los medios de comunicación y las colectivas feministas estadounidenses no conocen la forma en la que la policía accedió al historial médico de la joven para enterase que abortó, por lo tanto, se sabe cómo se desencadenó la orden para que el gobierno le enviara la orden a Facebook con la finalidad de que filtrara sus conversaciones privadas.